ALÉGRATE

lunes, 10 de septiembre de 2007



Si eres pequeño, alégrate;

porque tu pequeñez sirve de contraste

a otros en el universo; porque esa pequeñez

constituye la razón esencial de su grandeza;

porque para ser ellos grandes,

han necesitado que tu seas pequeño,

como la montaña para culminar

necesita alzarse entre colinas, lomas y cerros.

Si eres grande, alégrate,

porque lo inevitable se manifestó en ti

de manera excelente,

porque eres un éxito del Artista eterno.

Si eres sano, alégrate;

porque en ti las fuerzas de la naturaleza

han llegado a la ponderación y a la armonía.

Sí eres enfermo, alégrate;

porque luchan en tu organismo

fuerzas contrarias que acaso buscan

una resultante de belleza

porque en ti se ensaya ese divino alquimista

que se llama el dolor.

Si eres rico, alégrate,

por toda la fuerza que el Destino

ha puesto en tus manos

para que la derrames...

Si eres pobre, alégrate;

porque tus alas serán más ligeras;

porque la vida te sujetará menos;

porque el Padre realizara en ti

más directamente que en el rico,

el amable prodigio periódico del pan cotidiano...

Alégrate si amas;

porque eres más semejante a Dios que los otros.

Alégrate si eres amado;

porque hay en esto

una predestinación maravillosa.

ALÉGRATE si eres pequeño,

alégrate si eres grande;

alégrate sí tienes salud;

alégrate si la has perdido;

alégrate sí eres rico;

si eres pobre, alégrate;

alégrate si te aman;

si amas, alégrate;

¡alégrate, siempre,

siempre, siempre!



BORGES

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